Tren Fantasma, Viajes y Batallones sobre el Imaginario Mexicano

Miércoles 03.03.2010 PROGRAMA películas de viaje y el México de mis recuerdos (1905-1910) I.

Los pioneros siguen registrando en el mundo entero desde la llegada de un tren, a la visita de un personaje oficial. Se aventuran operadores pioneros de las multinacionales (Pathé, Eclipse, Gaumont, Itala) en lugares, considerados exóticos, en búsqueda de temas y audiencias para sus filmes viajando por España, India, Brasil, Japón, México… Los operadores pioneros de nuestro país expanden los usos del cinematógrafo e intentarán en vano consolidar una industria nacional hasta los años 1910. El filme prosigue su conquista por el mundo.

A partir de 1905, el filme se convierte en una industria cinematográfica, cuyos espectadores demandan elementos de sorpresa cada vez más exigentes. El color es esencial para lo espectacular y lo realista. En Francia se desarrolla el sistema esténcil Pathé-color o añadido por entintados y o virados. No había formatos estándar y cada cineasta tenía el suyo propio, por lo que la película existía en varios formatos y los equipos de registro, como de proyección variaban (la cadencia va de 10 a 18 cuadros por segundo). Esta dinámica de la producción genera muchos de los grandes dilemas para la preservación del patrimonio cinematográfico de este período en particular.

En las sesiones de marzo tratamos con un extenso programa audiovisual, dividido en dos partes, constituido de diversas películas extranjeras de viaje (travelogues) y del cine asociado al México pre revolucionario. Buscamos algunos de los filmes extranjeros que fueron exhibidos en nuestro país, así como encontramos algunos títulos al parecer inéditos, y que forman parte de la historia de la cartelera cinematográfica nacional como mundial. Este trabajo de investigación está en curso. Asimismo integramos documentos fílmicos de fines del porfiriato, que se preparaba entonces a festejar el centenario de la Independencia. El México de mis recuerdos, llevado a la ficción por Juan Bustillo Oro (1944), también se filmó en tiempo real. Exploremos lo que los archivistas y los investigadores han logrado conocer y preservar de estas películas, así como algunas de las pistas sobre el patrimonio cinematográfico aún extraviado.